El otro día, Omar, 4 años vino del cole preguntándome algo que no supe responder de primeras. ¿Cómo escuchamos las palabras? la maestra le había hablado de una cuerda en el odio.
Yo sorprendido, le empecé a contar que había unas cuerdas en la garganta que al hablar vibraban como las cuerdas de la guitarra de l’avi Joan. Él, incrédulo, me miraba con cara de sorpresa medio riéndose, seguramente pensando… ¿Una guitarra dentro del cuello?.
Entonces pasé al empirismo más puro y le dije: “pon la mano en tu garganta y habla. ¿Vés como se mueve?” Entonces vi su cara de alucine y gritó al estilo “Eureka!”, “Es verdad!”.
Entonces le expliqué que esa vibración mueve el aire, hasta la oreja, donde, dentro, hay una tela como la de un tambor, que vibra con el aire, y así, podemos escuchar las palabras que nos decimos.
Se que no es nada del otro mundo, pero me apetecía compartirlo.
Que hermoso el hilo de la conversación!