3 años de paternidad, 3 años con Omar

Estàndard

Eran las 8.20 cuando Jorge me mandas un whatsapp preguntandome si me esperaban para el café. Llegaba tarde al trabajo. Estaba en el paritorio, llorando de la emoción de ver la carita por fin, de mi hijo. La madre, después de un esfuerzo titanico, tb lloraba de la emoción a mi lado. Acompañados de Sebas, la matrona como él se autoproclama.

Acababa de sacar el móvil para avisar a mis padres, cuando le contesto a Jorge, que no me esperen, que Omar ha decidido llegar.

El parto empezó a las 23:45 de la noche, cuando ya me iba a la cama muerto de sueño. Recuerdo a la madre en el sofá que me dice… uy, me duele la barriga… Justo ese dia salía de cuentas, y mis nervios empezaron a aflorar mientras ella decía que no, que no estaba de parto. Daba igual que tuviera contracciones regulares cada 5 minutos… ella lo negaba…

Hace 3 años, esa noche, llamé a Laura, serían las 2 de la madrugada. Recuerdo como si fuera ayer su voz tranquilizadora, calmada, sosegada todo y la emoción que debía estar viviendo. Recuerdo como me sorprendió su cambio de voz, su profesionalidad. La transformación de amiga que había estado el día anterior en su casa, a matrona en la distancia. Esa noche tenia guardia en Osuna.

Recuerdo cuando nos volvió a llamar, ya sobre las 4, cuando le dijimos que nos íbamos para el Macarena. Ella había llamado a sus compis de ese hospital. habíamos tenido la suerte de encontrarnos con Sebas y Antonio. DOS PEDAZO PROFESIONALES. Y lo escribo con mayúsculas expresamente. Su acompañamiento, su calidez, su ternura, hace que lo recuerde con especial cariño. 

Recuerdo esos 40 minutos en la sala de espera mientras exploraban a la madre. Solo, con el móvil. Escribí a mis padres, para decirles que se vengan para Sevilla lo antes posible, que su nieto viene en camino. También escribí a mi amiga Natalia. Eran las 5 de la madrugada y me acordé de las charlas infinitas nocturnas en el banco debajo su casa.

En fin, han sido 3 años que se han pasado volando. 3 años de dudas constantes, de risas, de discusiones, de enfados, de algún grito, de equivocaciones. 3 años de contradicciones y sobre todo, 3 años de aprendizaje.

3 años en los que los posits con la palabra paciencia, se han agotado, pero 3 años en los que la alegría, las risas, y las sonrisas de Omar, hacen que uno olvide todos los enfados que hemos tenido.

 

Disney, no gracias.

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Muchos ya conocéis mi adversión por Disney y sus películas machistas y racistas. Hay varios ejemplos, desde los cuentos de princesitas a el Rey Leon o Aladín.

Pero ahora descubro que en el Canal Disney hacen propaganda anti software libre, vamos adoctrinando desde la infancia.

 

Ahora hasta intentan lavar su imagen con Pixar y su pelicula Brave, o emitiendo el Principito en Disney Chanel… pero seguro que lo desvirtuan todo… tendré que verlo para horrorizarme un poco mas.

Paternidad compartida

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Muchos ya sabréis que el pasado febrero empezó mi aventura paternal.

En estos casi seis meses, y aprovechando que este mes voy a disfrutar de unas vacaciones 8horas a solas con mi peque, quería compartir una reflexión sobre género.

Es verdad que aunque a nivel de género las cosas han avanzado bastante en los últimos años, sobretodo en el entorno en el que me muevo, pero al empezar con la educación de los peques, uno se da cuenta de los roles de género de esta sociedad y florecen muchos de ellos.

Este fin de semana, he tenido la suerte de estar con unos amigos que han empezado la aventura de ser padres en los últimos años, y reflexionando en una sobremesa, florecen muchos de estos roles: ¿Quien se encarga de las cosas de los peques? ¿Quien se encarga del coche y de ordenar el maletero?¿Quien se queda a cargo de los niños mas tiempo?

Y es que preguntas como estas, siempre se resuelven hacia los mismos lados de género. En un entorno supuestamente sin machismo ni cosas de estas.

Y esto me hace reflexionar lo lejos que estamos aun de una verdadera igualdad. Yo quiero ser un padre feminista. Un padre igualitario, un padre que no despierte admiración por la calle por hacer de padre. Un padre que pueda pedir una reducción de jornada sin ser un bicho raro en el trabajo.

¿Porque una madre con su hijo en la calle no despierta la misma admiración que un padre con su hijo?

En estos seis meses, estoy harto de que la gente se me quede mirando cuando voy con mi hijo a cuestas. Y no es por que sea guapo que me miran. ( Nunca había notado tantas miradas hacia mi como estos 6 meses…)

En cambio, si la madre lo lleva encima, nadie se gira por la calle. Además las miradas hacia mi despiertan ternura, admiración. ¿Porque la madre no despierta lo mismo?

En fin. que seguiré compartiendo mis reflexiones de género por aquí, cuando duerma el peque.

Qué día del padre

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por José Ángel Lozoya Gómez
Miembro del Foro y de la Red de Hombres por la Igualdad

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y aunque ahora sé que las imágenes se trucan, lo cierto es que crecí con las de Saturno devorando a sus hijos, Abraham dispuesto a sacrificar a Isaac, Jesús preguntando a su padre por qué lo había abandonado, Guzmán el Bueno arrojando su daga para que mataran a su hijo en el cerco de Tarifa, o el General Moscardó que prefirió salvar el Alcázar. Para acabar de confundirme San José, el único padre aceptable de mi etapa como monaguillo resulta que lo era putativo.

Ya no soy un niño y conozco muchas formas de llegar a ser padres, la mayoría de ellas poco meritorias, y solo una de hacer de padre: cansada, complicada, a tiempo completo, pero con momentos tan gratificantes que compensan con creces los sinsabores. La paternidad puede ser, para la mayoría de los hombres, la mejor oportunidad de aprender a expresar sus sentimientos y a ponerse en el lugar de sus menores, y cada cual puede ser el mejor ejemplo de cómo es un hombre igualitario en sus relaciones con su pareja y con el resto de la sociedad.

Los padres proporcionan el primer modelo de lo que significa la masculinidad, de cómo expresar los sentimientos y de cómo no hacerlo. También de cómo comportarse con las mujeres. La forma y el grado en que se corresponsabilizan con la gestión y la ejecución de las tareas domésticas o la crianza de los hijos e hijas vale más que todos los discursos.

No creo en la efemérides que nos marcan los grandes almacenes, ni en los amores sobrevenidos de padres separados que no ejercieron como tales mientras vivieron en pareja. Tal vez porque nunca he oído de ningún hombre que fuera a pedirle la custodia compartida a ninguna prostituta con la que supiera o sospechara que haber tenido descendencia.

Abraham, capullo, Isaac no es hijo tuyo.